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lunes, 21 de marzo de 2011

Inventario vitae

Supongo que tarde o temprano todos llegamos a un punto donde queremos hacer un “inventario” de la vida y de los valores que nos impulsan a vivirla, conforme con nuestro credo, nuestra moral y nuestra ética.

Estoy en este punto.

Y pensando en ello, dentro de todo lo material que puede rodearme, hay algo que considero de mayor valía para mí, que es lo principal que quisiera dejarles a mis hijos: Lo que he podido aprender por medio de la experiencia personal y profesional que he tenido hasta el momento.

Sin lugar a dudas, a mis 38 años, me falta, Dios Mediante, un enorme camino por recorrer, pero algo he ido recopilando hasta ahora que quisiera dejarles a mis hijos.

Con esas reflexiones, comencé una lista hace unos meses que he ido enriqueciendo conforme han pasado los días. En mis notas, le puse "consejos de negocios (y de vida) para mis hijos". Son cincuenta y dos.

Comenzamos:

1.    Condúcete conforme a tus palabras y pensamientos, ambos deben estar alineados, solo así serás congruente. La congruencia te hará respetable.

Con esta frase, señalo lo que espero que hagan mis hijos y yo mismo, "que siempre prediquen con el ejemplo".  Si dicen que hay que hacer algo que ellos mismos lo hagan, que sus palabras se vuelvan actos.

Eso les dará confiabilidad, serán congruentes con ellos mismos al decir algo y hacerlo luego. No hay mucho mas que agregar, creo yo, con esa frase.



2.    Siempre haz crecer tu mente, tu cuerpo y tu espíritu, no descuides ninguno de ellos.


Esta en una convicción propia, algo que he tratado de hacer desde hace años. Creo que el ser humano se conforma de varios elementos únicos y que Dios nos los da por algo. Así como en la parábola de los talentos (Mateo 25:14-18), los talentos están ahi, en una dos o tres esencias que enlisto, en la mente si eres brillante e inteligente, en el cuerpo si tus habilidades físicas te permiten destacar o en el espíritu si tu llamado o habilidades son la comunicación con Dios. De todas formas, todos en mayor o menos medida tenemos talentos en las tres áreas, unos mas y otros menos, nuestra responsabilidad es desarrollarlos para el bien propio, de la familia y de la sociedad.


3.    No siempre puedes confiar en la gente, es muy probable que te fallen, pero que ello no te detenga en dar oportunidades.

Esto lo veo como un acto de fe y de alguna manera de perdón por anticipado. Si bien no hay que ser ingenuos en  pensar que todo mundo en bueno, creo que también hay que entender que no todo mundo en malo, no hay que ser trágico tampoco. La naturaleza humana es inestable, pero siempre todos buscan el bien, aunque sea por caminos equivocados.

Lo mismo pasa en los negocios, que con la pareja o con los amigos, siempre algo sale bien y algo sale mal, la vida no solo se viste de éxitos y las cosas no siempre se distinguen por blanco y negro. Con la edad y la experiencia notarás que hay muchos tonos de grises, dependiendo el ángulo en que mires las cosas. Y así le aplican a uno mismo también, así que si uno espera recibir oportunidades y que los demás acepten nuestros fallos, es lo mismo que uno debe de aceptar de los demás.

Martin Alberto Medina Sonda