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Estimado lector, bienvenido al blog de Martín Medina Sonda. Espero que la lectura sea de tu agrado e interés.

miércoles, 25 de julio de 2012

Mientras respire


La otra noche, viéndolos dormir a mi lado, me puse a pensar en lo grandes que ya están y en cómo va pasando el tiempo. Pensé en cada cosa que hacíamos cuando eran más pequeños y en las cosas que hacemos ahora, llegará el momento en el que de una forma u otra, partirán de mi lado.

 
Sin pensarlo mucho, empecé a hacer una lista de cosas que disfruto y espero seguir haciéndolo todo el tiempo que pueda:

  1. Dormiré a su lado cada vez que yo pueda, para cuidar su sueño y alejar a los "monstros" que llegan al apagar la luz.
  2. Caminaré y jugaré descalzo a su lado.
  3. Los peinaré cada mañana, luchando con los rebeldes remolinos que tienen.
  4. Cocinaré con y para ellos, aunque tengamos muchos experimentos fallidos.
  5. Les contaré mi vida, para que siempre tengan presente el origen humilde de su padre.
  6. Montaremos en bicicleta.
  7. Jugaré a las muñecas con mis hijas, porque sé que las dejaran a un lado en poco tiempo. Con mi hijo espero que toda la vida le guste el futbol.
  8. Haremos ejercicios juntos para que vayan valorando la disciplina de ello.
  9. Viajaremos juntos sumando recuerdos.
  10. Los reprenderé cuando sea necesario, con todo el amor de padre que les tengo.
  11. Disfrutaré por ahora ser el príncipe de mis hijas y el superhéroe de mi hijo. Hasta que llegue en día en que me vean tan humano con ellos.
  12. Bailaré con ellos aunque no sepa bien cómo hacerlo. Por ahora ellos no se han dado cuenta de eso.
  13. Les tomaré de la mano al caminar, hasta que ellos les de pena que yo lo haga. Pero mi mano siempre estará ahi.
  14. Despertaré cada madrugada que ellos quieran ir al baño, aunque me acabe de dormir.
  15. Limpiaré lo que hagan sus mascotas, por mucho que esa actividad me haga devolver mi desayuno.
  16. Escucharé sus chantajes cuando quieren algo, pero me morderé el labio para no decirles que si cuando la ocasión no lo amerite.
  17. Guardaré sus dientes de leche.
  18. Los dejaré elegir (algunas veces) el corte de cabello que ellos quieran.
  19. Veré a su lado la misma película 10 veces, y otra más.
  20. Me quedaré a su lado las horas que sean necesarias para que coman sus verduras
  21. Los abrazaré y besaré cada mañana antes de salir de casa y al regresar.
  22. Leeré y actuaré libros de aventuras a su lado.
  23. Aprenderé a hacer trenzas.
  24. Comeremos muchísimas palomitas.
  25. Me haré al dormido solo para verlos jugar junto a mí.
  26. Contaré mis canas ahora y las que tendré cuando ellos se vayan.
  27. Prepararé mi corazón para recibirlos nuevamente luego de que hayan partido.

viernes, 13 de julio de 2012

Por el amor a mis hijos


                                 A LA OPINIÓN PÚBLICA DE YUCATÁN
                          AL HONORABLE PODER JUDICIAL DEL ESTADO

Desde el año 2010 promoví un juicio de divorcio en los tribunales de Yucatán, mi estado natal, donde nací y me formé. El estado donde hice buena parte de mi vida.

Durante todo ese tiempo, a pesar de sentirme inconforme con algunas resoluciones judiciales, he evitado trasladar el proceso de separación conyugal a los medios, convencido como estoy que no es con presiones o chantajes, que no es con marchas o bloqueos como deben aplicarse la justicia y el derecho, sobre todo en un tema tan delicado y doloroso.

Este día hago una excepción. No para presionar,  no para tratar de influir en las resoluciones judiciales pendientes, sino para dar respuesta a los ataques calumniosos que la familia de mi aún esposa, la señora Ema Gabriela Molina Canto, ha decidido llevar a los medios.

Con imputaciones y señalamientos falsos, la familia Molina Canto intenta ganar en la opinión pública lo que debe dirimir en el ámbito jurídico. Pretenden sorprender la buena fe de la sociedad yucateca, asumiendo un papel de víctimas que no les corresponde.

Por los canales legales he manifestado que en ese proceso la única víctima ha sido la justicia, acompañando mis afirmaciones con pruebas de auténtico valor jurídico, teniendo muy claro que por encima de cualquier otro interés se encuentra la protección y el bienestar de los tres hijos que son fruto de mi relación matrimonial con Ema Gabriela.

Hoy, animado por el inmenso amor hacia mis hijos, por el respeto que siempre mantuve hacia su madre, acudo a esta publicación para hacer un llamado respetuoso a los integrantes del Honorable Poder Judicial del estado, para pedirles que se cumpla lo que las leyes y la justicia determinen, sin arbitrariedades o criterios ajenos al derecho.

Tengo razones para pensar que la presión de la familia Molina Canto puede ejercer influencia en el trabajo de la juez del juzgado primero de lo familiar, a quien personalmente y a través de mis abogados le he manifestado esa impresión, misma que hemos presentado a través de diversos medios jurídicos antes las instancias competentes.

Un sistema de justicia como el que tenemos en Yucatán no puede estar sujeto a presiones ni chantajes. Un sistema que goza de prestigio y ha sido fundamental en la convivencia pacífica y armónica de los yucatecos, no puede ceder ante la mentira ni el engaño.

Por mi parte, desde mi condición de padre responsable, desde mi posición de ciudadano yucateco dedicado al trabajo, continuaré haciendo valer los derechos que me asisten sin otro afán que ofrecerles a mis hijos un futuro mejor que el mío y a su madre, Emma Gabriela, el trato cordial que siempre he tenido con ella.

Ema Gabriela y su familia lo saben. Los problemas legales que ahora enfrenta, independientes del juicio de divorcio, son de su entera responsabilidad. Eso ha sido probado ante las autoridades competentes por las personas afectadas. A eso obedece la situación jurídica que la mantiene sujeta a un juicio, donde lo que cuenta son las pruebas, no los dichos sin sustento.

Por el amor a mis hijos espero que la familia Molina Canto recapacite. Por el amor que le tienen a Ema Gabriela espero que dejen de mentir y enfoquen sus energías en la defensa jurídica.
Yo les expreso mi absoluta y total disposición al diálogo. También les reitero que no permitiré difamaciones o calumnias.

 Mis hijos representan un vínculo que siempre habrá de unirnos. A todos nos corresponde demostrar, con hechos, que los amamos y que queremos que tengan el mejor de los futuros.