¡Bienvenid@s amig@s!

Estimado lector, bienvenido al blog de Martín Medina Sonda. Espero que la lectura sea de tu agrado e interés.

martes, 12 de julio de 2011

Inventario vitae (3a parte) Sobre la palabra, sueños y deseos

Continuo compartiendo la serie de anunciados que quisiera dejar a mis hijos.

7. Si das tu palabra, haz que ésta valga oro. Que nadie dude de ella, eso es una disciplina de vida y no depende de las circunstancias, tu palabra es tu palabra.

“Al principio era la palabra.“ Todo en esta vida comienza con la palabra. Cada acción nuestra comienza con ella. Al pronunciarla se materializa y convierte en la responsabilidad personal.

La palabra define lo que hacemos y lo que somos. Y cuando ya no estamos quedarán palabras, como recuerdos de lo que fuimos y de lo que hicimos.

Desde siempre el acto de cumplir la palabra fue la medida que determinaba el valor moral de las personas y en muchas culturas otorgaba el estatus social. Ser una persona de confianza, significaba ser noble. Ser noble, consistía en cumplir la palabra dada.

Desgraciadamente en nuestros tiempos dominados por la imagen, la palabra ya dejó de considerarse un imperativo moral. Entre otras cosas, la última crisis económica que vivimos es la consecuencia directa de la falta de palabra. Durante muchos siglos la palabra era el valor que regía muchos sectores económicos, como por ejemplo la banca y finanzas. Una vez la palabra perdió su valor, se desencadenó una serie de burbujas que pincharon bajó el peso de la verdad. (Veamos solamente el caso de Madoff).

Así que recuerda siempre que tu palabra es tu escudo. Te protege, te representa y te responsabiliza.

Respétala y serás respetado.  

8. Nunca dejes de soñar, planear y actuar. Pon por escrito tus sueños.

Los sueños no podemos crearlos, pero si podemos vivirlos. Cuando tenía 18 años trabajaba como mesero y una noche tenía que atender un evento con muchas personalidades del ambiente académico, empresarios, funcionarios, etc. Viendo a todos aquellos señores, elegantes, alegres, disfrutando su evento, me observé a mí mismo y quise salir de mi entorno. En esos momentos iniciaron la ceremonia donde le entregaban un premio a un catedrático, una persona que estimo estaría entre los 40 años, delgado, no muy alto, de acento extranjero, con una personalidad imponente por lo sencilla que era. Esa persona habló con una autoridad, sencillez y simpatía que me dejaron muy marcado. En esa noche yo me puse como meta personal, algún día estar en un lugar así, hablando como él y siendo una persona respetada como él. A los 18 años, piensas que todo es posible, aunque no sepas como hacerlo. Esa noche al recordarla me ha acompañado, en los momentos mas complicado que he llevado o de cansancio que he tenido. Esa noche me puse esa meta en la vida y voy enfocado a eso y más. Todo aquello fue hace veinte años y hoy  permanece vigente en mí.

Los sueños se hacen realidad, solamente cuando nos enfocamos a cumplirlos. Por esto si quieres tener éxito en esta la vida, en cualquier cosa que quieras hacer, comienzan desde dentro. Comienzan por convenceros a ustedes mismos que todo es posible y que lo único que les separa de cumplir el sueño son ustedes mismos, si no creen que es posible. Porque los únicos límites que existen son los que nosotros mismos nos imponemos.

Anota tus sueños, ordénalos y verás como con el tiempo se convierten en ideas. Observa como las ideas se transforman en planes, los planes en hechos, y los hechos en satisfacción. En la satisfacción por haber cumplido un sueño.

Al final de todo, es la búsqueda de la felicidad que nos mueve por esta vida. Los sueños son como los mapas secretos y encriptados, que hemos de saber interpretar para llegar hasta los tesoros que esconde la vida. 

9. Ten cuidado con lo que le pides a Dios, tal vez te lo conceda.

Cuenta una vieja leyenda que Midas, rey de Asia Menor, impulsado por la codicia, rogó a Baco, dios del Vino:

—Deseo que se convierta en oro todo lo que toque.

El dios mitológico quiso darle una lección...

Y el avaro rey, impaciente por comprobar su deseo, tomó una delicada flor de vistosos colores y al punto ésta se convirtió en oro brillante. Se inclina a coger agua con el hueco de su mano y resbala convertida en pequeñas pepitas de oro. Toca los frutos que cuelgan de un árbol y se convierten en fantásticas formas auríferas. Y así también las piedras, los vestidos, los muebles; en fin, todo cuanto toca se convierte en oro. Se siente embriagado por la codicia.

Corre a los montes con el afán de saciar sus deseos y logra montones del precioso metal al contacto con las piedras, los árboles, los arroyos... Todo sufre un cambio y se convierte en oro.

Pero ¡ay!, más tarde, como si despertara de un sueño, tiene hambre y el sabroso pan se convierte en oro tiene sed y el agua es oro líquido al contacto con sus labios. Acongojado, se lleva las manos a la cabeza y contempla en el espejo sus cabellos convertidos en hebras doradas… 

Los deseos son la principal fuente de las alegrías, pero también de las desgracias. Lo que en un momento dado te puede parecer algo indispensable, algo que absolutamente tienes que tener, llegado el momento te das cuenta del gran error que cometiste, pero ya no hay vuelta atrás. Algunas puertas es más difícil cerrar que abrir. Así que antes de abrirlas, procura saber muy bien lo que hay detrás.