A LA OPINIÓN PÚBLICA DE YUCATÁN
AL HONORABLE PODER JUDICIAL DEL ESTADO
AL HONORABLE PODER JUDICIAL DEL ESTADO
Desde el año 2010 promoví un juicio de divorcio en los
tribunales de Yucatán, mi estado natal, donde nací y me formé. El estado donde
hice buena parte de mi vida.
Durante todo ese tiempo, a pesar de sentirme inconforme con
algunas resoluciones judiciales, he evitado trasladar el proceso de separación
conyugal a los medios, convencido como estoy que no es con presiones o
chantajes, que no es con marchas o bloqueos como deben aplicarse la justicia y
el derecho, sobre todo en un tema tan delicado y doloroso.
Este día hago una excepción. No para
presionar, no para tratar de influir en las resoluciones judiciales
pendientes, sino para dar respuesta a los ataques calumniosos que la familia de
mi aún esposa, la señora Ema Gabriela Molina Canto, ha decidido llevar a los
medios.
Con imputaciones y señalamientos falsos, la familia Molina
Canto intenta ganar en la opinión pública lo que debe dirimir en el ámbito
jurídico. Pretenden sorprender la buena fe de la sociedad yucateca, asumiendo
un papel de víctimas que no les corresponde.
Por los canales legales he manifestado que en ese proceso la
única víctima ha sido la justicia, acompañando mis afirmaciones con pruebas de
auténtico valor jurídico, teniendo muy claro que por encima de cualquier otro
interés se encuentra la protección y el bienestar de los tres hijos que son
fruto de mi relación matrimonial con Ema Gabriela.
Hoy, animado por el inmenso amor hacia mis hijos, por el
respeto que siempre mantuve hacia su madre, acudo a esta publicación para hacer
un llamado respetuoso a los integrantes del Honorable Poder Judicial del
estado, para pedirles que se cumpla lo que las leyes y la justicia determinen,
sin arbitrariedades o criterios ajenos al derecho.
Tengo razones para pensar que la presión de la familia
Molina Canto puede ejercer influencia en el trabajo de la juez del juzgado
primero de lo familiar, a quien personalmente y a través de mis abogados le he
manifestado esa impresión, misma que hemos presentado a través de diversos
medios jurídicos antes las instancias competentes.
Un sistema de justicia como el que tenemos en Yucatán no
puede estar sujeto a presiones ni chantajes. Un sistema que goza de prestigio y
ha sido fundamental en la convivencia pacífica y armónica de los yucatecos, no
puede ceder ante la mentira ni el engaño.
Por mi parte, desde mi condición de padre responsable, desde
mi posición de ciudadano yucateco dedicado al trabajo, continuaré haciendo
valer los derechos que me asisten sin otro afán que ofrecerles a mis hijos un
futuro mejor que el mío y a su madre, Emma Gabriela, el trato cordial que
siempre he tenido con ella.
Ema Gabriela y su familia lo saben. Los problemas legales
que ahora enfrenta, independientes del juicio de divorcio, son de su entera
responsabilidad. Eso ha sido probado ante las autoridades competentes por las
personas afectadas. A eso obedece la situación jurídica que la mantiene sujeta
a un juicio, donde lo que cuenta son las pruebas, no los dichos sin sustento.
Por el amor a mis hijos espero que la familia Molina Canto
recapacite. Por el amor que le tienen a Ema Gabriela espero que dejen de mentir
y enfoquen sus energías en la defensa jurídica.
Yo les expreso mi absoluta y total disposición al diálogo. También
les reitero que no permitiré difamaciones o calumnias.
Mis hijos representan un vínculo que siempre habrá de
unirnos. A todos nos corresponde demostrar, con hechos, que los amamos y que
queremos que tengan el mejor de los futuros.